¿Cuál es el nivel "real" de implantación de la contratación electrónica en las pequeñas y medianas entidades locales (PYMELs)?
Hace unas semanas lancé una encuesta en redes sociales denominada "Problemas y soluciones para la efectiva implantación de la contratación electrónica en las pequeñas y medianas entidades locales (PYMELs)", y hoy, una vez finalizado y calificado el trabajo que era el objeto principal de dicha encuesta, me gustaría compartir tanto el resultado del estudio como las conclusiones del mismo.
Es necesario iniciar este pequeño artículo recordando que en España hay 7.719 municipios con población inferior a 20.000 habitantes, lo que supone alrededor del 95% de los municipios españoles. Dicho esto, es fácil suponer que es prácticamente imposible obtener respuesta de la mayoría de ellos debido, principalmente al poco tiempo durante el que estuvo activa la encuesta (15 días); no obstante, fueron casi 100 las PYMEL que respondieron a las 12 preguntas planteadas, y me consta que algunas no pudieron por falta de tiempo. Agradecida a todas ellas.
El
cuestionario se publicó en diferentes Redes Sociales de forma que tuviera la
mayor difusión posible; también se enviaron alrededor de 150 correos
electrónicos a diferentes Ayuntamientos de la geografía española, de población
inferior a 1.000 habitantes, por entender que serían los que más dificultades tendrían
para acceder a la misma; asimismo se contactó con Funcionarios de Habilitación
Nacional destinados en PYMELs (gracias @ConsueloDR
por tu disposición y ayuda, y a @pilarmorgary y @mujeresSP por la
difusión de la encuesta, así como a todos los amigos y amigas que han
colaborado en ello).
Entrando ya de lleno en los resultados de la encuesta, resaltar que del 100% de los participantes, el 60% contestó que lleva prestando servicios más de 5 años en una pequeña o mediana entidad local (en adelante PYMEL); un 31´4% entre 1 y 5 años, y el resto (8´6%) menos de 1 año.
Por lo tanto, el porcentaje de encuestados con bastante o incluso mucha experiencia en contratación pública es muy alto, lo que asegura su conocimiento de la realidad de la e-contratación de la administración local en los últimos años; principalmente desde la entrada en vigor de la Ley 9/2017, a partir de la cual la contratación electrónica se convirtió en obligatoria.
El 51´4% de los participantes prestan servicios en el departamento de Secretaría General, un 27´1% en el departamento de Contratación Administrativa y un 21´4% en otros departamentos.
Estos resultados son acordes
a la organización de las PYMELs, ya que debido a sus pequeñas dimensiones no
suelen tener estructuras departamentales diferenciadas y la Secretaría General
suele incluir, de manera normalmente implícita, los servicios de contratación
administrativa. Esto, y las respuestas a la última pregunta que más adelante examinaremos,
nos hace pensar que un porcentaje muy alto de entrevistados presta servicios en
estas entidades locales como Habilitados o Habilitadas Nacionales.
Una vez analizado el número y tipo de empleados públicos que,
previsiblemente, ha contestado a la encuesta, pasamos a las preguntas
directamente relacionadas con el funcionamiento de la e-contratación.
A la pregunta: ¿está implantada, en todo o en parte, la contratación
electrónica en su entidad?, un 80%
de los encuestados respondió en sentido afirmativo, y un 20% en sentido
negativo.
Del 80% de entidades que sí
tienen implantada la contratación electrónica, “solo” el 66´7% tramitan los procedimientos de contratación de forma
electrónica de principio a fin; un 33´3% solo licitan electrónicamente
alguna fase del expediente.
Teniendo en cuenta que han
pasado 2 años desde que la contratación electrónica es obligatoria para todas
las entidades que forman parte del sector público, es destacable que aún haya,
a tenor del resultado de la encuesta objeto de análisis, 3 de cada 10
PYMEL siguen tramitando, al menos alguna parte de las licitaciones, en papel.
Del 20% que aún no tiene
implantada la contratación electrónica, un 43´5% cree posible que ésta pueda
implantarse a corto o medio plazo; un 34´8% no está seguro de que eso sea posible,
y el resto, el 21´7% no cree posible que vaya a implantarse en su entidad la
e-contratación en un futuro próximo.
A la pregunta, ¿cuál cree que es el principal problema a la hora de
implantar la contratación electrónica en las pequeñas y medianas entidades
locales?, el 21´4% de los encuestados piensa que el principal obstáculo es
la “falta de voluntad de los técnicos con competencias para decidir”.
En cuanto a la “falta de voluntad política” y “falta de ayudas de
Diputaciones Provinciales y Comunidades Autónomas” hay un empate, ya que un
17´1% de los encuestados cree que el principal problema es la voluntad política
y el mismo porcentaje piensa que este lugar lo ocupa la falta de ayudas por
parte de Diputaciones y Comunidades Autónomas.
El resto de obstáculos mencionados puede resumirse en dificultad de
utilización de la Plataforma de Contratos, falta de estructura y de voluntad y
formación de trabajadores, una combinación de las tres principales, etc.
Destacar, no obstante, que solo el
2´9% de los encuestados creen que es un problema económico, lo que permite
afirmar que la no implantación y/o deficiente funcionamiento de la
e-contratación no tiene un origen o motivo económico.
A la pregunta sobre si la contratación electrónica facilitaría o
mejoraría el trabajo de los empleados públicos que tramitan los expedientes de
contratación administrativa, un rotundo 80% cree que así sería, frente a un
5´7% que piensa lo contrario. El 14´3% no está seguro/a.
La siguiente pregunta,
relativa a la necesidad de que la entidad en la que prestan servicios apueste
más por esta implantación de la e-contratación así como en la formación de los
empleados públicos en esta materia, arrojó el siguiente resultado: el 50% piensa que es necesario
apostar por la contratación electrónica tanto desde el punto de vista económico
como a través de la formación a empleados públicos en esta materia; un 41´4%
cree que es suficiente con incrementar la formación a empleados y empleadas
públicas en materia de contratación administrativa electrónica. Apenas un 5%
cree que no es necesario implementar ninguna medida por encontrarse
implementada y en pleno funcionamiento la licitación electrónica.
Referente a la formación en contratación pública de los empleados y empleadas municipales, el 37% ha recibido formación en contratación electrónica pero ha tenido que buscarla POR SUS PROPIOS MEDIOS, un 28´6% ha recibido esta formación en su condición de empleado público pero POR MEDIOS AJENOS AL AYUNTAMIENTO. Prácticamente nadie (2%) ha recibido formación por PERSONAL PROPIO DEL AYUNTAMIENTO.
Pero si hay un dato a destacar en esta cuestión es el siguiente: el
31´4% de los empleados y empleadas públicas que tramitan expedientes de
contratación pública electrónica en pequeñas y medianas entidades locales NO HA
RECIBIDO NINGUNA FORMACIÓN EN CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA.
Respecto al acceso de las PYMES a los procesos de licitación electrónica, a
la pregunta, ¿las empresas del municipio participan en las licitaciones
de forma habitual presentando sus ofertas electrónicamente?, más de
6 de cada 10 (62`9%) afirma que las ofertas electrónicas de empresas del
municipio son minoritarias y un 30% confirma que las PYMES siguen
teniendo dificultades para presentar sus ofertas electrónicamente y necesitan
ayuda para ello. Un escaso 7% responde que las PYMES presentan las ofertas
electrónicas sin mayor problema.
Una vez examinadas las necesidades y problemas que las PYMELs se encuentran
diariamente en la tramitación de contratos de forma electrónica, no es de
extrañar que el 80%, es decir 8 de cada 10 encuestados, estén
convencidos de es necesario incrementar el departamento que tramita la
contratación administrativa con personal formado en la materia.
Para finalizar el
cuestionario, se ha planteado una pregunta con respuesta abierta para la
aportación de sugerencias y/o ideas para que la implantación y uso de la contratación
electrónica en las pequeñas y medianas entidades locales sea una realidad.
Las respuestas (35), tienen varios denominadores comunes, destacando los
siguientes:
· Falta de personal. En ese sentido se
reclaman dos tipos, al menos, de profesionales:
o
Por un lado la necesidad de dotar
de empleados con perfil informático que pueda ayudar en los
problemas de índole técnica que surgen en las licitaciones electrónicas (“para
no estar dos horas abriendo la oferta),
o
y por otro, personal con sólida
formación en contratación administrativa electrónica, de forma que toda la
carga de la tramitación de expedientes de e-contratación no recaiga siempre en
la misma persona que suele ser el Habilitado Nacional que presta servicios en
la entidad local y, en muchas ocasiones, es compartido por varios municipios,
lo que incrementa de forma notable las dificultades con las que estos
profesionales se encuentran en la tramitación de licitaciones electrónicas.
· Ayuda por parte de las Diputaciones
Provinciales en materia de formación a empleados públicos, principalmente en el
uso de la Plataforma de Contratos del Sector Público para
poder tramitar los contratos electrónicamente, sobre todo a los Ayuntamientos
más pequeños que cuentan con apenas medios.
En primer lugar, la contratación electrónica, a pesar de ser obligatoria desde la entrada en vigor de la LCSP 2017, aún hoy, 2 años después, sigue siendo todo un reto a conseguir. Así se ha verificado entre otros, en el último Informe Anual de Supervisión de la Contratación Pública de España elaborado por la OIRESCON, el cual indica que, pese a que su implementación ha crecido de forma exponencial, la implantación de la contratación electrónica está lejos de ser una realidad.
En segundo lugar, la falta
de formación y, por ende, de profesionalización de la contratación pública es
palpable y escandalosa; más aún si nos ceñimos a la formación en
e-contratación, donde más del 30% de los encuestados reconoce no tener ninguna
formación. Es impensable una contratación pública exitosa si los recursos
humanos, pieza insustituible y fundamental en este engranaje, no están formados
y suficientemente cualificados para conseguirlo.
En cuanto a los problemas
para implementar la contratación electrónica en las PYMELs, nadie duda de que
no se trata, como se ha venido defendiendo durante mucho tiempo, de una
cuestión económica, sino más bien de una cuestión de voluntad. Tanto técnicos
con poder de decisión como políticos deben ser los artífices del cambio; saltar
de una contratación en papel a otra plenamente electrónica pasa por tomar
decisiones, pero sobre todo por liderar esas decisiones.
Merecen también una mención
las PYMES, aquellas pequeñas y medianas empresas en las que la Ley 9/2017 pensó
cuando estableció la división en lotes de los contratos. Empresas que, no lo
olvidemos, en un porcentaje altísimo están formadas solo por un autónomo o
autónoma y que, por lo tanto, carecen de recursos humanos y materiales para
tramitar de forma electrónica las licitaciones que durante toda su vida han
presentado en papel. Es necesario que los licitadores también reciban formación
en contratación electrónica, que sepan presentar sus ofertas de forma autónoma
y tramitar el resto del procedimiento hasta la formalización y ejecución del
contrato.
Para
finalizar, es necesario destacar que, pese a los obstáculos que aún existen
para que podamos hablar de una contratación 100% electrónica en las entidades
locales, hay un aspecto que juega a nuestro favor y que es fundamental para
conseguir ese objetivo, y no es otro que la voluntad, el tesón, el esfuerzo y
las ganas de mejorar de todos esos empleados y empleadas públicas que día a día
se esfuerzan por aprender, muchas veces con sus propios medios, y trabajan para
que los contratos puedan tramitarse y su pequeña entidad local no se quede
atrás en prestación de servicios y realización de obras públicas.
En España hay 7.719 municipios con población inferior a 20.000 habitantes. Eso equivale casi al 95% de los municipios españoles; entidades, muchas, con falta de medios humanos y materiales, sí, pero también, y parafraseando a Eduardo Galeano, con “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, que pueden cambiar el mundo”. Al menos el mundo de la contratación pública.
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